Probar comidas diferentes, visitar ciudades medievales, pisar tierras desconocidas... Recorrer los rincones del planeta siempre está en mi lista, porque todo lo que descubro en los pequeños detalles, alimenta mi alma y me convierte en ciudadana del mundo...
“Viajar es más que ver lo que hay para ver; es iniciar un cambio en nuestras ideas sobre lo que es vivir que continúa en nosotros de manera profunda y permanente”. – Miriam Beard
Viajar...
"Viajar te deja sin palabras y después te convierte en un narrador de historias" Ibn Battuta
La vida es nuestro Gran Viaje: comer fuera de casa, ir de paseo por un parque, descubrir un rincón desconocido, divertirnos en un río o atravesar el Atlántico, todo forma parte de nuestra gran experiencia.
Cuando te conviertes en padre/madre,
empiezas a escuchar algunos comentarios recurrentes: “Con niños la vida te
cambia por completo” “Con niños ya no podrás viajar”.
Decidimos ir a China cuando las
niñas tenían 6 y 8 años. Así que rápidamente la gente nos decía “¿Pero cómo
vais a llevar a esas pequeñas a un viaje tan largo?”. Y cuando les decíamos que
además iríamos por libre (porque cuando tienes niños es mucho más cómodo ir a
tu ritmo sin tener que adaptarte a horarios de grupos y excursiones), los
comentarios estaban aún más cargados de preocupación y asombro: “Esas niñas se
van a aburrir en China” “No encontrarás nada que les guste para darles de comer”
“¿Cómo vais a moveros por un país tan grande con un par de pequeñas?”.
Diversión en Beijing.
Pues, cuando tienes alma de
Trotarincones, sabes que siempre hay maneras de incluir a los pequeños en tus
aventuras. Lo principal y muy importante es una buena planificación. Buscar
actividades que puedan despertar en los niños la curiosidad por descubrir cosas
y por encontrar diversión allí donde vayan.
Aventura en el Zoo.
Lo segundo que debemos hacer es
quitarnos el miedo. Esto podemos conseguirlo tomando medidas comunes a
cualquier destino, como contratar siempre un buen seguro de asistencia en
viajes, preparar un kit con medicinas básicas (analgésicos, antialérgicos…),
preparar el equipaje con ropa y calzado cómodo, llevar snacks y libros de
pintar para los viajes en avión, buscar alojamientos recomendados para familias…
De esta manera, podemos acabar disfrutando de viajes inolvidables compartiendo
momentos únicos junto a los pequeños de la casa.
Descubre lugares increíbles.
Nuestro viaje a China fue algo
mágico. Descubrimos que muchas de las ideas que tenemos de ese gigante asiático
cuando lo miramos desde afuera, son erróneas y que definitivamente cuenta con
muchísimas opciones para recorrerlo con niños. Aquí te dejo algunos consejos:
1. Visita
la Muralla China entrando por Mutianyu. No es un tramo tan popular como
Badaling, así que podrás disfrutar de un entorno menos abarrotado de turistas. Es
uno de los recorridos más originales porque puedes hacer la subida en telesilla,
observando los paisajes desde una altura de vértigo, y la bajada a través de un
largo tobogán (unos 6 minutos) subido a una especie de vagón en el que sentirás
que estás en una montaña rusa. Toda una experiencia para los niños, que además
pueden sentir que conducen el carro.
Entrada a la Gran Muralla por Mutianyu.
2.Lleva
snacks por si no encuentras comida adecuada para niños más pequeños o
mientras haces el recorrido de reconocimiento del lugar para encontrar
alimentos para ellos. En las ciudades más turísticas, encontrarás franquicias
de comidas conocidas como McDonalds, pero en las ciudades del interior será más
difícil.
Oreo china.
3. Si
vas en invierno,lleva buen abrigo
porque las temperaturas suelen ser bastante bajas. También puedes comprar un
termo para agua caliente (en casi cualquier parte encontrarás filtros de agua
caliente) que te servirá para preparar té, chocolate o sopas instantáneas donde
sea que estés. Esta es una costumbre en China y no es raro ver que todos llevan
un termo consigo.
Los mejores termos para el Té.
4. En
todo momento debes tener a los pequeños a la vista, no porque sea un
destino inseguro, sino porque son demasiados habitantes y turistas y
generalmente está todo muy congestionado, sobre todo en las grandes ciudades.
Si son más pequeñines, una buena alternativa son los canguros que te dan la
libertad de utilizar las manos mientras los llevas pegados a ti.
Caminando por los Hutong.
5. Prueba
los platos antes de darlo a los niños. Cuando pidas alguna comida, primero
pruébala tú antes de darla al pequeño porque en China suelen cocinar con
picante o con especias que pueden resultar fuertes para los niños. En la
mayoría de restaurantes encontrarás noodles que suelen ser la mejor opción para
los niños.
Una dulce merienda.
6.Dedica
un día a visitar el Zoológico de Beijing. Es inmenso y encontrarás una gran
variedad de especies animales. Los niños se divertirán. Eso si, llegarán
agotados al hotel porque es realmente grande y tienen muchísimo espacio para
recorrer.
Zoo de Beijing.
7. Disfruta
como niño con las figuras de cómics. Si caminas por las calles comerciales,
encontrarás infinidad de figuras de personajes conocidos y de animación, de
todos los tamaños. Deja que los niños se hagan fotos con sus muñecos favoritos
mientras pasean por la ciudad.
Con uno de los Minions.
8. Convierte
el hacer pis en una aventura. No te sorprendas si te cuesta conseguir un
váter, porque incluso en las zonas turísticas es común que los servicios sean
letrinas. Unas mucho más modernas que otras, pero en muy pocos lugares
conseguirás los váter de occidente. En cualquier caso, disfruta la aventura de
ir al servicio con niños porque será algo totalmente nuevo para grandes y
pequeños.
Una manera diferente para hacer pis.
9. Viaja
en Tren. Si vas a visitar más de una ciudad, vive la experiencia de
trasladarte en tren. Cuando viajas con niños entre ciudades lejanas como Beijing
y Shanghai, es mejor escoger un camarote para que puedan descansar. Tienes que
fijarte que no sean compartidos para que no te toque viajar con desconocidos.
Esta opción puede salirte un poco más cara, pero valdrá la pena porque tendrás
un espacio exclusivo para el grupo familiar.
Tren en China.
10. Inmortaliza
los momentos y atrévete a jugar. Cuando visites lugares
turísticos/históricos como el Templo de los Guerreros de Terracota en Xi’An, El
Palacio de Verano o el Templo del Cielo en Beijing, puedes motivar a los niños
haciendo fotos y videos graciosos, pidiéndoles que encuentren las diferencias
entre las estatuas o que busquen algo que les llame la atención para
descubrirlo juntos.
Beijing, la capital del gigante asiático, es una ciudad que te sorprende.
Puede que hayas visto su grandeza en fotos o en vídeos, pero nada, absolutamente
nada, puede compararse a lo que sentirás cuando estés allí.
Aunque depende de en qué plan vayas (con niños, en pareja, en grupo o de
mochilero), en Beijing encontrarás muchísimas cosas para hacer. De cualquier
manera, hay 5 cosas que no puedes olvidar incluir en tu itinerario:
1. Visitar
la Muralla China.
La Gran Muralla China
(Beijing)
Es uno de los puntos turísticos
más famosos de la ciudad. Pararte en uno de los miradores más altos y ver como
el camino de piedra se pierde en el infinito es algo que sin duda vale la pena
contemplar. Habrás escuchado alguna vez que es un lugar que se puede ver desde
el espacio. Aunque eso no puedo asegurarlo, lo que si te puedo decir es que es
sencillamente increible.
Para llegar allí, debes escoger cuál
camino se adapta mejor a ti y a tu viaje:
- BADALING: tienes la opción de subir de la manera
más popular, por Badaling, que está a unos 80km de Beijing y es uno de los
tramos mejor conservados de la muralla, además de ser uno de los más cómodos para
andar por el buen estado del camino.
- SIMATAI: también puedes hacerlo por la ruta
menos transitada, Simatai, que es la más lejana (unos 140 km) desde Beijin,
pero esta requiere que tengas muy buenas condiciones físicas porque hay tramos
que tienen grandes desniveles, además de estar prácticamente en estado
original.
- MUTIANYU: es otra opción que está a unos 70 km
de Beijing y es una de las preferidas cuando viajas en familia. Siempre que tu
condición física te lo permita, puedes hacer el recorrido andando, pero si
prefieres podrías subir y bajar en telesilla mientras admiras el paisaje desde
lo más alto. Para agregar un poco de diversión, puedes escoger descender por un
tobogán larguísimo (el trayecto dura entre 5 y 6 minutos) donde no sólo
disfrutarás atravesando las montañas, sino que sentirás que estás en una
montaña rusa muy original.
- JINSHANLING:este tramo de la muralla es para
los más aventureros. Está a 120 km de Beijing y te permite hacer trekking desde
allí hasta Simatai (unos 10km de trekking). Puedes subir en teleférico, hacer el
trekking hasta Simatai y bajar en tirolina hasta el lago Mandarin Duck.
2. Comer
en un restaurante típico.
El Té acompaña todas
las comidas.
Esto es de lo primero que tienes
que hacer al llegar a Beijing. Descubrirás que el arroz tres delicias no es un
plato típico de china (generalmente lo consumen blanco), que suelen comer
bastantes verduras y vegetales y que si vas a comer pescados o mariscos te
sentirás en una tienda de mascotas escogiendo cuál será tu menú desde unas
peceras que adornan los restaurantes más concurridos.
Es verdad que hay para todos los
gustos, pero no puedo dejar de recomendarte probar lo que más me gustó:
- Pato laqueado: es un platillo que tiene mucha
demanda en Beijing, así que es recomendable escoger el restaurante y reservar
mesa con antelación para que no pierdas la oportunidad de saborear una de las
comidas más populares. Un buen lugar para comer el pato al estilo pekinés es Li
qun Roast Duck, donde el Menú Tradicional para dos personas que incluye
aperitivos y el pato entero te saldrá en menos de 60 dólares.
- Dumplings: son una especie de panecillos fritos
con relleno variado (los de gambas son de los más ricos) y generalmente vienen
acompañados de unas sopas con vegetales y noodles. Un buen lugar para comerlos
es una cadena de comida rápida llamada Yang's Dumplings, donde mientras esperas
a que te sirvan la comida, puedes ver como te los preparan a través de losventanales
de cristal que dan hacia la cocina.
3. Pasar
una tarde en el Palacio de Verano
En invierno el lago
puede estar congelado.
Este recinto, conformado por un conjunto
de palacios, templos, lagos y jardines era el lugar de veraneo de emperadores y
emperatrices de las dinastías Ming y Qing.
Necesitarás como mínimo 4 o 5
horas para recorrer cada uno de sus rincones. Para acceder a este Palacio de
Verano, puedes hacerlo por su puerta principal, Donggongmen, o por Beigongmen que
es la otra entrada, cada una a un extremo del lago.
Entre las edificaciones más
llamativas encontrarás el Templo del Mar de la Sabiduría, que podrás ver en lo
más alto de la Colina de la Longevidad, la Pagoda del Incienso del Buda que se
puede ver desde casi cualquier punto del recinto, la Gran Galería que es un
pasillo de728 metros de largo decorado en madera tallada y pinturas, el barco
de mármol en cuyos alrededores puedes dar un paseo en bote (sólo durante los
meses de verano).
4. Desafiar
tu paladar en la calle Wangfujing
Puestos de comida en la
calle Wangfujing.
Si te gusta hacer cosas
diferentes, no dejes de dar un paseo por una de las calles más conocidas de
Beijing, donde podrás comer los bocados más excéntricos que puedas imaginar. Sabrás
de inmediato cuando hayas llegado a esta concurrida calle, no solo por el arco
de bienvenida, sino por el olor a frituras que deja impregnado todos los
alrededores. Allí podrás comer desde escorpiones o cucarachas hasta estrellas de
mar cocinados al momento.
Aunque internacionalmente se
piensa que este es el tipo de comida popular en Beijing, la realidad es que es
más un atractivo para los turistas, pues no ves a los pekineses comiendo esos
bocados exóticos.
5. Admirar
la inmensidad de la Plaza de Tian’AnMen
Plaza Tian’AnMen.
Te habrán dicho que la plaza
Tian’AnMen, uno de los íconos de China, es un lugar inmenso. Pues es más que
eso. Es la plaza más grande del mundo. Cuando llegas a la plaza, las esquinas
se pierden de vista. Sientes que eres una hormiga en un campo de cemento.
En la zona norte de la plaza
encontrarás la Puerta de Tian’AnMen desde donde Mao Zedong proclamó la
República Popular de China en 1949 y a través de la cual tienes acceso a la
Ciudad Prohibida.
En el centro de la plaza
encontrarás el Mausoleo de Mao Zedong, donde están sus restos. Multitud de
chinos hacen fila para ver el cuerpo embalsamado del fundador de la República
Popular China, hacer reverencias y entregar ofrendas como muestra de respeto
hacia quien fuera su antiguo líder.
Con la llegada del frío, muchos buscamos un escape
hacia los rincones amados por el sol y, mejor aún si vienen envueltos por un ambiente
tropical como el Caribe. Hay quienes piensan que el Caribe está más enfocado a
la gente joven que busca fiesta, pero la realidad es que es un destino que
tiene mucho que ofrecer a todo tipo de viajero. Nosotros, nos fuimos a Riviera
Maya con nuestras dos niñas y tanto ellas como nosotros nos quedamos
encantados. Eso sí, es importante seleccionar bien el hotel para asegurarte de
que todos puedan disfrutar de unos días inolvidables.
Cuando decidimos ir al Caribe, tuvimos que decidir
entre México o República Dominicana y nos decantamos por la Riviera Maya
porque, viajando con niñas, vimos que podía ser un lugar ideal para que cada
uno encontrara su manera de divertirse y, al mismo tiempo, descubrir escenarios
culturales e históricos interesantes.
Así, nos fuimos a la tierra del Tequila, el
Mariachi y el Chile.
Día 1: De
España a Cancún
Entre España y Cancún el vuelo demora unas 9 horas,
pero realmente no se hacen pesadas porque los horarios suelen ser bastante
cómodos y los aviones están acondicionados para el confort de los pasajeros
(claro que esto también depende mucho de la línea aérea con la que vueles; en
nuestro caso fue Air Europa y aunque el avión no es de los más modernos, es
bastante cómodo). Si viajas con niños, mi recomendación es que lleves algún
libro de pintar, una tablet con algunas pelis y algunos juegos que puedan
entretener a los chicos durante el vuelo.
Trotarincones con destino: Cancún
Al llegar al Aeropuerto Internacional de Cancún,
nos estaba esperando el traslado que nos llevaría hasta nuestro hotel: el Grand
Bahía Príncipe Riviera Maya Resort. Es un complejo que está conformado por 4
hoteles: Coba, que es ideal para ir con familias, pues las habitaciones son
todas Junior Suites y dispone de un parque acuático para los niños; Tulum, que
es tanto para parejas como para familias y dispone de habitaciones estándar y
de Suites; y los dos un poco más lujosos que son el Luxury Akumal y el Luxury
Sian Ka’An, este último una especie de townhouses privados con un ambiente de
lujo total.
Nosotros nos alojamos en el Coba. Nos dieron una
habitación muy cercana al parque acuático y al Mini Club de los “Bahía Scouts”,
que es un estupendo Mini Club donde los niños se divierten sin parar mientras los
padres podemos aprovechar unos momentos de tiempo libre para disfrutar en
pareja…
Habitaciones del Grand Bahía Príncipe Cobá
Llegamos un sábado al final de la tarde. Después de
hacer el check in en el hotel y descansar un poco del viaje, nos fuimos a cenar
al restaurante principal del Hotel Coba que se llama Kukulcan. Este restaurante
buffet cuenta con diversos sectores donde ofrecen platos típicos de diferentes
países. Mi sección favorita, sin duda, la mexicana. Los chilaquiles me
atraparon y desde ese día se hicieron unos de mis favoritos.
Chilaquiles con queso y plátano frito…
La distribución del Kukulcan es bastante cómoda,
con una gran variedad, calidad y excelente presentación. Disponen también de un
buffet para los niños, diseñado a su altura para que cada uno pueda servirse lo
que le apetezca comer. La sección de postres es una tentación total.
Dulce Tentación
Después de la cena, podías sentarte en el bar de la
piscina que está abierto 24 horas o disfrutar de la música en vivo en el bar
del lobby o de la plaza principal del hotel. Nosotros, que estábamos un poco
cansados del viaje,nos fuimos a dar un
paseo por las instalaciones del hotel y luego a la habitación a descansar.
Habitación del Grand Bahía Príncipe Cobá
Te recomiendo que apenas llegues hagas la reserva
de las 3 cenas a la carta que tienes incluido en el paquete cuando vas a estar
más de 6 noches porque suele haber gran cantidad de reservaciones y puedes
quedarte sin el restaurante que quieres. Nosotros queríamos el Restaurante La
Gran Tortuga donde yo había estado la vez anterior, pero ya no había
disponibilidad, así que hicimos reserva en los restaurantes Frutos del Mar,
Mikado y Dolce Vita.
Día 2: Encuentro
con las instalaciones del hotel
Nos levantamos pronto y desayunamos en el Kukulcan.
Igual que para la cena, en el desayuno dispones de una gran variedad de
comidas, desde bollería y panes de diferentes tipos, cereales, frutas,
tortillas, comida mexicana preparada al momento (burritos, tamales, enchiladas,
chilaquiles…).
Primer amanecer en México.
Después del desayuno, el hotel te pide que asistas
a una reunión donde te ofrecerán las excursiones disponibles por si te apetece
contratar alguna (las puedes llevar contratadas desde España o las contratas
directamente en destino). Yo ya había estado en Chichén Itza anteriormente así
que esta vez decidimos coger la excursión de las ruinas mayas de Coba y Tulum.
Al salir de la reunión nos dispusimos a descansar todo el día primero en una de
las piscinas, luego en la otra que tenía el parque acuático para las niñas y,
después de comer en el restaurante de la piscina (al aire libre) nos fuimos a
la playa del Tulum.
Parque Acuático del Grand Bahía Príncipe Coba – Riviera Maya
El Coba no tiene playa propia sino que debes
utilizar la del Tulum o el Akumal, a las cuales puedes ir andando o en los
tenecitos que van haciendo recorrido por todas las instalaciones del
complejo.
Tren gratuito para desplazarte por el Complejo.
Arena fina, aguas turquesa y un clima perfecto…
Playa del Gran Bahía Príncipe Tulum
Día 3: A
Playa del Carmen en coche de alquiler
Nos levantamos muy pronto. Desayunamos y alquilamos
un coche para ir hasta Playa del Carmen.
Empezando el día con energía…
Nuestro coche de alquiler en la Riviera Maya…
Paseamos por la 5ta Avenida y recorrimos el paseo
turístico que está muy bonito pero también bastante masificado.
Tequila y más tequila…
Hay muchas tiendas para comprar souvenirs, pero yo
recomendaría hacer las compras en el Mercado 28 de Cancún que suele tener
mejores precios y es un poco más autóctono. En Playa del Carmen te puede
resultar un poco agobiante que los vendedores te aborden para convencerte de
que entres a sus tiendas.
Bahía de Playa del Carmen
Una de las cosas que más me gustó (y me refrescó
porque entre el calor y la humedad que hay sientes que vas a desmayar) es que
mientras vas andando puedes comprar fruta fresca recién cortada. Desde piña o
sandía hasta una fruta que en Venezuela llaman “Mamón” y que en México la
sirven con chile en polvo. La combinación de sabores entre lo ácido, dulce y
picante es fabulosa.
Fruta tropical con chile picante…
Día 4:
Nadando con Delfines
El complejo tiene un Delfinario dentro del propio
hotel. Contratar esta aventura fue una experiencia mágica que las niñas
disfrutaron muchísimo. Estuvimos allí toda la mañana jugando con los delfines y
nos hicieron unas fotos y videos hermosos. Hay diferentes planes para que
puedas escoger entre sólo interactuar con los delfines o dejarte llevar por
ellos en la piscina.
Alex dejándose llevar por dos delfines…
Val nadando con un hermoso delfín…
Vic acariciando al delfín…
Al salir de allí fuimos a comer en el restaurante
Yucatán. Muy parecido al Kukulcan pero con vista al mar. Es excelente tanto en
calidad como en variedad. Las niñas querían ir a conocer el Mini Club, así que
las niñas se quedaron allí jugando y haciendo amigos mientras nosotros dábamos
un paseo por el hotel como de “HoneyMooners”
Mini Club Bahía Scouts
Llegamos a una zona exclusivamente para adultos,
donde hay unos jacuzzis relajantes. Nos metimos en el Jacuzzi Bar La Iguana y
disfrutamos una tarde maravillosa de relax total.
Amor bajo el cielo Maya
Por la noche, disfrutamos un espectáculo de magia
con “Sebastián, el Mago” en la piscina principal del hotel orientado hacia la
diversión de los más pequeños y posteriormente disfrutamos de un Show Party con
algunas acrobacias que nos mantuvieron entretenidos por un buen rato.
Pool Party en el Grand Bahía Príncipe Riviera Maya
En contacto con la Magia de “Sebastián El Mago”
Magia para Niños en Grand Bahía Príncipe Riviera Maya
Para cenar, teníamos reservado el Rest. Frutos del
Mar. Nos dieron como aperitivo una bebida llamada Salto Ángel que era una
mezcla entre dulce y ácido. Pedí Sopa Siete Chiles (no picaba tanto como imaginaba,
pero estaba muy buena) y Pollo al Camembert. Ale pidió una Parrilla de Mariscos
y las niñas dedos de pescado. La comida estaba muy buena, lo único no tan bueno
es que el servicio tardó muchísimo en traernos la comida, con lo cual estuvimos
casi una hora y media esperando la cena y como habíamos estado todo el día
entre playas y piscinas las niñas estaban agotadas.
Val casi dormida en el Restaurante Frutos del Mar.
Vic no aguantó la espera y cayó rendida en el Rest. Frutos del Mar.
Día 5: Excursión
a Cobá y Tulúm
Salimos muy pronto porque teníamos la excursión a
Cobá y Tulum. Nos buscaron en el hotel y nos llevaron a la zona arqueológica de
Tulum. Nos dieron unos minutos para darnos un baño refrescante en la playa de
Tulum, lo cual se agradece porque hacía bastante calor.
Las Trotarincones explorando Tulúm
Un refrescante baño en la playa de Tulúm
Al salir de allí fuimos a Coba, una especie de
jungla en la que debes atravesar un camino que te lleva hasta la base de la
pirámide de Coba, que es una de las pocas donde aún permiten subir hasta la
cima.
Subiendo a las Ruinas Mayas de Cobá
A las niñas las subimos a un carrito-bici para que no se cansaran
demasiado ya que el trayecto que había que caminar era largo y hacía muchísimo
calor.
Una especie de “Tuc-Tuc” mexicano…
Los Trotarincones en la pirámide Maya de Cobá.
Ale en la cima de Coba, con la selva detrás.
Lo que no nos gustó de esa excursión: nos pasearon
por un Cenote al que llegamos después de atravesar un supuesto “poblado Maya”
que no era real. Estaba todo como montado en un escenario. La supuesta cocinera
maya que nos presentaron allí y que nos mostró donde aparentemente vivía, era
una señora que luego vimos salir vestida con vaquero y camiseta para coger el
bus hacia la ciudad. No nos gustó que el guía nos engañara contándonos
historias que no son ciertas. La comida venía incluida en la excursión y nos
llevaron a un restaurante “típico”, pero en realidad no nos gustó nada. Parecía
un chiringuito de carretera de esas donde se paran los camiones. El menú era buffet
pero sólo había carne, patatas, tortilla, pollo, arroz y una ensalada que no
tenía buen aspecto. Ni siquiera las niñas querían comer porque la comida no se
veía apetecible. Al salir de allí nos llevaron a un mercado artesanal pero era
de los típicos mercados hechos sólo para turistas donde los precios de lo que
venden son tres veces más de lo que cuesta en cualquier otra parte. Y nos
hicieron perder allí un montón de tiempo tratando de que compráramos. Yo había
estado en el Mercado 28 de Cancún y la verdad estaba muchísimo mejor para hacer
las compras de souvenirs.
Representación de un poblado Maya…
Cenote Maya cerca de las ruinas de Cobá
A pesar de que esta excursión no la recomiendo ya
que el guía solo estaba preparado para comercializar los productos del mercado
de artesanías, y el cenote no era encantador como otros que hemos visitado
antes, pues parecía más bien un riachuelo en medio de un terreno baldío,
nosotros igual nos divertimos muchísimo y disfrutamos conociendo rincones
encantadores... En los viajes es importante que el guía sea bueno para que el
recuerdo de los lugares visitados no se centren en su deficiente desempeño.
Al volver al hotel disfrutamos de una Fiesta /
Party Time con bailes en el bar principal del hotel. Si una cosa hay que
resaltar de la cadena Bahía Príncipe es su animación. Se esmeran en que los
huéspedes se diviertan, disfruten y desconecten mientras estén en sus
instalaciones.
Shows nocturnos en el Grand Bahía Príncipe Riviera Maya
Alex, con cara de no disfrutar mucho
Día 6:
HoneyMooners y Cena con Tepanyaki
Una vez que las niñas conocieron el Bahía Scouts,
querían estar allí todo el rato, así que las dejamos para que pasaran el día
allí con sus amigos. Las llevaron a hacer snorkeling en la playa y a
interactuar con la fauna caribeña como iguanas, tucanes y otros. Ale y yo
aprovechamos para relajarnos en la playa del Akumal y comimos en el restaurante
del Akumal como dos recién casados.
Nuestros momentos de diversión en pareja…
Una comida romántica, vista al mar…
A media tarde, un Capuchino siempre viene bien.
Por la noche, teníamos reservada la cena en el
Mikado, restaurante japonés con show cooking muy entretenido. Lo mejor de todo:
el postre que era una Tempura de Helado de Chocolate.
Restaurante
Japonés del Grand Bahía Príncipe Riviera Maya
Día 7:
Birthday Party de Monkey y Cena en Dolce Vita
Disfrutamos una mañana de playa en familia en la
playita del Akumal. Por la tarde fuimos a la Birthday Party de Monkey donde les
hicieron piñata y tarta a los niños para celebrar el cumpleaños de una de las
mascotas del Mini Club.
Birthday Party de Monkey
Estuvimos en la piscina cercana al parque acuático
y disfrutamos del restaurante Oasis que es el de la piscina. Teníamos unas
mascotas que están por todo el Complejo y que a Val le asustaban porque cada
vez que se descuidaba le robaban la comida…
Animalillos graciosos y juguetones…
La cena, la reservamos en el Dolce Vita. La comida
estaba genial (yo pedí Pollo al Tartufo y Ale y las niñas Lasanga), pero
nuevamente el horario no nos ayudó y la pobre Victoria se quedó dormida sobre
el plato.
Restaurante Dolce Vita
Día 8:
Aprovechando al máximo el último día
Como había que aprovechar el último día al máximo,
nos fuimos un rato a la playa y luego a la piscina del Akumal, donde nos
divertimos pidiendo algunas bebidas en el bar que tienen dentro de la piscina.
Mañana de ver las especies marinas…
Sirenas en la piscina…
Por la tarde fuimos al parque acuático para que las
niñas disfrutaran antes de irnos. Comimos unos helados en la piscina y nos
preparamos para irnos de regreso a España.
Lamentablemente nada es para siempre, pero cuando
se disfruta de lo bueno siempre nos quedará el magnífico recuerdo y las ganas
de repetir las experiencias…