Forbidden City (Beijing)
Beijing, la capital del gigante asiático, es una ciudad que te sorprende.
Puede que hayas visto su grandeza en fotos o en vídeos, pero nada, absolutamente
nada, puede compararse a lo que sentirás cuando estés allí.
Aunque depende de en qué plan vayas (con niños, en pareja, en grupo o de mochilero), en Beijing encontrarás muchísimas cosas para hacer. De cualquier manera, hay 5 cosas que no puedes olvidar incluir en tu itinerario:
1. Visitar la Muralla China.
La Gran Muralla China (Beijing)
Es uno de los puntos turísticos más famosos de la ciudad. Pararte en uno de los miradores más altos y ver como el camino de piedra se pierde en el infinito es algo que sin duda vale la pena contemplar. Habrás escuchado alguna vez que es un lugar que se puede ver desde el espacio. Aunque eso no puedo asegurarlo, lo que si te puedo decir es que es sencillamente increible.
Para llegar allí, debes escoger cuál camino se adapta mejor a ti y a tu viaje:
- BADALING: tienes la opción de subir de la manera más popular, por Badaling, que está a unos 80km de Beijing y es uno de los tramos mejor conservados de la muralla, además de ser uno de los más cómodos para andar por el buen estado del camino.
- SIMATAI: también puedes hacerlo por la ruta menos transitada, Simatai, que es la más lejana (unos 140 km) desde Beijin, pero esta requiere que tengas muy buenas condiciones físicas porque hay tramos que tienen grandes desniveles, además de estar prácticamente en estado original.
- MUTIANYU: es otra opción que está a unos 70 km de Beijing y es una de las preferidas cuando viajas en familia. Siempre que tu condición física te lo permita, puedes hacer el recorrido andando, pero si prefieres podrías subir y bajar en telesilla mientras admiras el paisaje desde lo más alto. Para agregar un poco de diversión, puedes escoger descender por un tobogán larguísimo (el trayecto dura entre 5 y 6 minutos) donde no sólo disfrutarás atravesando las montañas, sino que sentirás que estás en una montaña rusa muy original.
- JINSHANLING: este tramo de la muralla es para los más aventureros. Está a 120 km de Beijing y te permite hacer trekking desde allí hasta Simatai (unos 10km de trekking). Puedes subir en teleférico, hacer el trekking hasta Simatai y bajar en tirolina hasta el lago Mandarin Duck.
2. Comer en un restaurante típico.
El Té acompaña todas las comidas.
Esto es de lo primero que tienes que hacer al llegar a Beijing. Descubrirás que el arroz tres delicias no es un plato típico de china (generalmente lo consumen blanco), que suelen comer bastantes verduras y vegetales y que si vas a comer pescados o mariscos te sentirás en una tienda de mascotas escogiendo cuál será tu menú desde unas peceras que adornan los restaurantes más concurridos.
Es verdad que hay para todos los gustos, pero no puedo dejar de recomendarte probar lo que más me gustó:
- Pato laqueado: es un platillo que tiene mucha demanda en Beijing, así que es recomendable escoger el restaurante y reservar mesa con antelación para que no pierdas la oportunidad de saborear una de las comidas más populares. Un buen lugar para comer el pato al estilo pekinés es Li qun Roast Duck, donde el Menú Tradicional para dos personas que incluye aperitivos y el pato entero te saldrá en menos de 60 dólares.
- Dumplings: son una especie de panecillos fritos con relleno variado (los de gambas son de los más ricos) y generalmente vienen acompañados de unas sopas con vegetales y noodles. Un buen lugar para comerlos es una cadena de comida rápida llamada Yang's Dumplings, donde mientras esperas a que te sirvan la comida, puedes ver como te los preparan a través de losventanales de cristal que dan hacia la cocina.
3. Pasar una tarde en el Palacio de Verano
Este recinto, conformado por un conjunto de palacios, templos, lagos y jardines era el lugar de veraneo de emperadores y emperatrices de las dinastías Ming y Qing.
Necesitarás como mínimo 4 o 5 horas para recorrer cada uno de sus rincones. Para acceder a este Palacio de Verano, puedes hacerlo por su puerta principal, Donggongmen, o por Beigongmen que es la otra entrada, cada una a un extremo del lago.
Entre las edificaciones más llamativas encontrarás el Templo del Mar de la Sabiduría, que podrás ver en lo más alto de la Colina de la Longevidad, la Pagoda del Incienso del Buda que se puede ver desde casi cualquier punto del recinto, la Gran Galería que es un pasillo de728 metros de largo decorado en madera tallada y pinturas, el barco de mármol en cuyos alrededores puedes dar un paseo en bote (sólo durante los meses de verano).
4. Desafiar tu paladar en la calle Wangfujing
Puestos de comida en la
calle Wangfujing.
Si te gusta hacer cosas diferentes, no dejes de dar un paseo por una de las calles más conocidas de Beijing, donde podrás comer los bocados más excéntricos que puedas imaginar. Sabrás de inmediato cuando hayas llegado a esta concurrida calle, no solo por el arco de bienvenida, sino por el olor a frituras que deja impregnado todos los alrededores. Allí podrás comer desde escorpiones o cucarachas hasta estrellas de mar cocinados al momento.
Aunque internacionalmente se piensa que este es el tipo de comida popular en Beijing, la realidad es que es más un atractivo para los turistas, pues no ves a los pekineses comiendo esos bocados exóticos.
5. Admirar la inmensidad de la Plaza de Tian’AnMen
Plaza Tian’AnMen.
Te habrán dicho que la plaza Tian’AnMen, uno de los íconos de China, es un lugar inmenso. Pues es más que eso. Es la plaza más grande del mundo. Cuando llegas a la plaza, las esquinas se pierden de vista. Sientes que eres una hormiga en un campo de cemento.
En la zona norte de la plaza encontrarás la Puerta de Tian’AnMen desde donde Mao Zedong proclamó la República Popular de China en 1949 y a través de la cual tienes acceso a la Ciudad Prohibida.
En el centro de la plaza encontrarás el Mausoleo de Mao Zedong, donde están sus restos. Multitud de chinos hacen fila para ver el cuerpo embalsamado del fundador de la República Popular China, hacer reverencias y entregar ofrendas como muestra de respeto hacia quien fuera su antiguo líder.