Viajar...

"Viajar te deja sin palabras y después te convierte en un narrador de historias" Ibn Battuta

La vida es nuestro Gran Viaje: comer fuera de casa, ir de paseo por un parque, descubrir un rincón desconocido, divertirnos en un río o atravesar el Atlántico, todo forma parte de nuestra gran experiencia.

"¡Ah, los lugares a los que irás!" Dr. Seuss





jueves, 2 de junio de 2011

Bruselas, la ciudad de mil caras

Bruselas, la ciudad de las mil caras

Grand Place, Bruselas.

Una capital europea, para algunos “la” capital europea. Quienes no la conocen, la pueden imaginar como cualquier otra ciudad, con edificaciones modernas que contrastan con otras antiguas, con elevado número de personas transitando por sus calles, con un Parlamento Europeo repleto de altos ejecutivos, una lista de Museos importantes, en fin, con todo lo que otras ciudades pueden tener. Pero ¿qué hace especial a Bruselas?
Pues, aunque Bruselas tiene muchos elementos de cualquier otra ciudad europea, también tiene otras caras. Hay una parte de esta ciudad belga que está llena de verde, de cultura, de gastronomía, de vida, de tradición, de diversidad. Si tuviera que definir a Bruselas en una sola frase, definitivamente sería “La ciudad de puertas abiertas que enamora y donde hay un lugar para todo el que la visita”. Allí pueden reunirse personas totalmente diferentes y logran encontrar un atractivo para cada uno.
Caminar por sus adoquines, dar un paseo en bicicleta, tomar un descanso en alguno de sus parques, saborear algún gofre con el chocolate especial o unos Spéculoos cuyo sabor y aroma son casi indescriptibles y beber una de las más de 500 cervezas producidas en Bélgica (la Kriek es una recomendación puntual para quienes desean algo delicado pero exquisito, su sabor a cereza y esa fusión entre lo dulce y lo agrio la hacen una de las favoritas), son sensaciones que conocemos bien quienes nos hemos dejado enamorar por esta encantadora ciudad.
En gastronomía, no son muchos los que conocen la calidad de los platillos belgas. Sin embargo, quienes hemos tenido el placer de degustar alguno, sabemos que deberían ser reconocidos a nivel mundial. Bruselas ofrece numerosos restaurantes donde poder disfrutar de la comida típica belga, tal como los mejillones con patatas, las croquetas de queso y gambas, los espárragos en salsa belga y muchos otros deliciosos platillos que hacen de la estancia en la ciudad, bien sea por trabajo o vacaciones, un verdadero placer. Sólo hay que imaginar lo apetitoso de hacer una merienda a base de crêpes (pannekoeken en neerlandés), gofres y chocolate caliente, para desear encontrar un nuevo momento y volver a visitar esta capital.

Gofres Belgas: para todos los gustos.

Un destino para todos
Bruselas  es un destino ideal para cualquiera que sea el plan (vacaciones, escapadas, trabajo, estudio) ya que tiene siempre un buen itinerario para todos. Los que van por negocios, tienen en Bruselas hoteles céntricos, distancias cortas entre los diferentes lugares, excelentes restaurantes, incluso para quienes disponen de poco tiempo y la mayor concentración de servicios dirigidos a los empresarios.
Los que visitan la capital belga en familia, disponen de actividades de esparcimiento donde pueden participar todos los miembros. Así encontramos en Bruselas hoteles con disponibilidad para habitaciones familiares e instalaciones adaptadas a ellos. Quienes disfrutan del viaje en familia deben tener en cuenta que Bruselas es la ciudad del cómic. Existe allí un Museo del Cómic con una gran diversidad como Los Pitufos, Luky Luke y Tintin (que son belgas, aunque muchos no lo sepan).
Los amantes del cómic tienen en Bruselas un paraíso.
Además, pueden disfrutar del Museo del Niño o el Bruparck, donde se concentran el Atomium, el parque temático de Europa en miniatura Mini Europe, y numerosas salas de cine o rentar alguna bicicleta de varias plazas con capacidad para toda la familia y dar un inolvidable paseo por la ciudad en bicicleta. Quizá también sea apetecible dar un paseo en coche de caballos, lo que los niños seguramente disfrutarán al máximo.
Dejarse enamorar en Bruselas
“Compartida, la vida es mejor” dicen por ahí. Pues para las parejas, Bruselas es un destino perfecto ya que el amor se respira en todos los rincones. La Grand Place, conocida como la plaza más hermosa del mundo, la visites de noche o de día, en verano o en invierno, es el punto de encuentro de parejas de enamorados de todas partes del mundo. También está el barrio del Sablon, que es una zona tranquila en el centro de la ciudad. En él las parejas disfrutarán de sus mercadillos y podrán elegir entre gran variedad de restaurantes que serán inolvidables no sólo por la calidad de su comida, sino por su decoración. Dar un paseo, dejarse endulzar por los pralinés y dejarse llevar por los detalles que tiene cada restaurante, café y hotel de esta ciudad, seguramente permitirá que las parejas encuentren su espacio romántico.

La variedad hotelera en Bruselas no sólo es amplia, sino de excelente calidad
Para el alojamiento, existen numerosos hoteles que harán la estancia en Bruselas un tiempo memorable. Uno en especial, el Hotel Amigo, es ideal para aquellos que quieren algo diferente, algo con encanto. Este hotel era la antigua prisión y fue remodelado para ofrecer a los clientes un servicio de lujo con el detalle de estar en pleno corazón de la ciudad, justo al lado de la Grand Place.

Hotel Amigo, un hotel con encanto en pleno centro de Bruselas

Donde lo Inn hace juego con lo Antiguo
Así como las grandes ciudades tienen sus reconocidas avenidas, Bruselas cuenta con la avenida Louise en la parte alta de la ciudad, cerca del Palacio de Justicia. La avenida Louise ha sido inspiración para los grandes de la moda como Dominique Rigo quien propone las creaciones de los grandes diseñadores como Poliform, Knoll, Vitra, Cassina o Senteurs que crea perfumes extravagantes y originales.
Por su parte en Marolles se puede encontrar desde un sifón (a veces hasta con un líquido desconocido, pero extrañamente precioso), hasta cómics baratos. Para los que aman los contrastes, Marolles representa el barrio ideal. Sus paredes decoradas con dibujos y sus mercadillos son su atractivo especial.

Mercadillo en Bruselas
Saint Jaques, un barrio donde caben todos
A pocos metros de la Grand-Place, se encuentra el Barrio Saint-Jacques, conocido Barrio Gay, donde lo que sobra es alegría y color. Visitarlo, ver sus comics en las paredes integradas por completo al entorno, observar la alegría, espontaneidad y libertad con la que se vive cada día allí es parte fundamental de disfrutar los rincones de Bruselas.
Cuando empieza la primavera Saint-Jacques se viste de flores, de terrazas, de gustos refinados.

Barrio Gay de Bruselas. Resalta el mural adaptado a la zona.

El niño haciendo pis
Cerca de la Grand Place, se encuentra un monumento llamado Manneken Pis. Todos los que vamos a Bruselas tenemos la curiosidad por verle y, aunque al llegar comprobaremos que las expectativas respecto al tamaño eran bastante elevadas, es un punto que obligatoriamente hay que visitar ya que simboliza el espíritu independiente de los habitantes de Bruselas. Cuenta una de las versiones de su historia (la que más me gusta) que un rico comerciante durante una visita a la ciudad con su familia, perdió a su pequeño hijo. El comerciante rápidamente formó un grupo de búsqueda que recorrió todos los rincones de la ciudad hasta que el niño fue encontrado orinanado en un pequeño jardín. El comerciante, como un regalo de agradecimiento a los locales que ayudaron durante la búsqueda, ayudó a construir la fuente.

Manneken Pis con uno de sus trajes.
En realidad, lo que se sabe es que había una estatua parecida pero de piedra (siglo XV aproximadamente) que fue robada en varias ocasiones y que posteriormente fue sustituida por una estatuilla de bronce que los bruselenses protegieron durante el bombardeo de la ciudad por los franceses y que actualmente se encuentra en el Musée de la Ville de Bruselas. El Manneken Pis que está en el centro de Bruselas es una réplica de ese original.
También hay una versión femenina de este pequeño, aunque no tan conocida como el Manneken, y se llama Jeanneke Pis. Tanto el niño como la niña están a la misma distancia de la Grand Place pero cada uno a un extremo opuesto. La Jeanneke con sus dos coletas se ha convertido en otro punto turístico de la ciudad de Bruselas.
Si hay algo que Bruselas deja muy claro para sus visitantes es la sensación de querer volver. Siempre quiero regresar a Bruselas, por trabajo, por amor o por alguna razón que aún no me he inventado, pero seguramente conseguiré pronto. Pensando un poco, ya que de todas las veces que he ido a la capital belga no he visto a la Jeanneke, éste será mi motivo para regresar a Bruselas y descubrir nuevos rincones y nuevas caras de la Capital Europea.